CROQUETAS DE ATÚN
Bastante dificultad, tiempo 30 + 15 + 15
Ingredientes:
Para la masa
200 gr. de atún cocido (o atún en lata)
4 cucharadas de harina blanca de trigo
½ litro de leche
½ pimiento verde
1 cebolla blanca mediana
Aceite, sal y nuez moscada
Para el rebozado
2 huevos
Harina blanca de trigo
Pan rallado
Preparación:
De la masa
Picar el pimiento verde y la cebolla muy fina.
Poner en un cacillo a calentar la leche.
En una sartén con cuatro o cinco cucharadas de aceite, poner a rehogar la cebolla y el pimiento, cuando estén pochados, añadir el atún (muy desmigado), rallar un poco de nuez moscada y sazonar (al gusto), agregar la harina e irla deshaciendo con el aceite, añadir poco a poco la leche, removiendo continuamente con la cuchara de madera para que no se hagan grumos a fuego medio hasta conseguir una consistencia media (por ejemplo, al hacerse dibujos en la masa al revolver con la cuchara) y que la masa burbujee.
En una fuente extender la masa (a un grosor de un centímetro), dejar reposar y enfriar.
Del rebozado
Batir los huevos en un plato, en oto plato un puñado de harina y en un tercero otro de pan rallado.
Ir cogiendo porciones de masa (se puede cortar con un cuchillo en tiras de unos dos tres centímetros de anchas por cuatro o cinco de largas) y con la mano o ayudados de una cuchara darle su característica forma (mas fácil y original es hacerlas redondas), e irlas pasando sucesivamente por la harina, huevo y pan rallado.
A continuación freírlas en abundante aceite muy caliente, hasta conseguir su característico color dorado, ponerlas en una fuente sobre papel absorbente.
También podemos congelarlas y cuando nos apetezcan, freírlas directamente.
De la masa
Picar el pimiento verde y la cebolla muy fina.
Poner en un cacillo a calentar la leche.
En una sartén con cuatro o cinco cucharadas de aceite, poner a rehogar la cebolla y el pimiento, cuando estén pochados, añadir el atún (muy desmigado), rallar un poco de nuez moscada y sazonar (al gusto), agregar la harina e irla deshaciendo con el aceite, añadir poco a poco la leche, removiendo continuamente con la cuchara de madera para que no se hagan grumos a fuego medio hasta conseguir una consistencia media (por ejemplo, al hacerse dibujos en la masa al revolver con la cuchara) y que la masa burbujee.
En una fuente extender la masa (a un grosor de un centímetro), dejar reposar y enfriar.
Del rebozado
Batir los huevos en un plato, en oto plato un puñado de harina y en un tercero otro de pan rallado.
Ir cogiendo porciones de masa (se puede cortar con un cuchillo en tiras de unos dos tres centímetros de anchas por cuatro o cinco de largas) y con la mano o ayudados de una cuchara darle su característica forma (mas fácil y original es hacerlas redondas), e irlas pasando sucesivamente por la harina, huevo y pan rallado.
A continuación freírlas en abundante aceite muy caliente, hasta conseguir su característico color dorado, ponerlas en una fuente sobre papel absorbente.
También podemos congelarlas y cuando nos apetezcan, freírlas directamente.
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